jueves, 4 de junio de 2015

CANSANCIO


Su cuerpo estaba hinchado. Su agilidad, huida. Su piel, blanquecina. Y su belleza, perdida. Su alma estaba hipotecada. En unos años le sería devuelta. Mientras, emergía por las noches. Sobre las 11 de la noche, anestesiaba su cansancio y revivía algunos momentos de su vida. Volvía a bañarse desnuda en aguas frías, a hacer el amor con algún joven y a peregrinar por sus decisiones. Solo tenía una hora. A las 12 volvería a ser madre.Todo ella, angustiosa de pérdidas, pérdidas de ella misma. Gritaba y solo le respondían voces cómodas de egoísmo. Apuró su último trago y dejó en suspensión sus pensamientos.

"Un cansancio ansioso de alcanzar de un salto, de un salto mortal, la meta última, un pobre cansancio ignorante que ya no quería ni siquiera querer".  Nietzsche.

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